Solventes: diferencias y alternativas
Entre los elementos que más se utilizan para remodelaciones y construcciones se encuentran los solventes. También llamados disolventes, su función es la de separar un componente del resto de los que conforman determinada sustancia. Dado que pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos, las mezclas resultantes una vez que el solvente hizo efecto pueden ser del mismo tipo (líquido-líquido) o de dos tipos diferentes (cualquier combinación de líquidos, sólidos y gases).
Aunque algunos están diseñados para productos específicos, la mayoría de ellos se clasifica según diversos factores. El principal es la naturaleza química, es decir, si son orgánicos o no. Lo que distingue unos de otros es la presencia o ausencia de carbono.
Otros métodos comunes para clasificar suelen ser la polaridad y la pureza del compuesto. Sin embargo, hoy en día la necesidad de soluciones sustentables y la tendencia ecológica ha modificado la percepción que se tiene de estos elementos, lo cual ha derivado a su vez en la innovación para la creación de nuevos tipos de solventes.
¿Solventes ecológicos?
La química sustentable o química verde ha desarrollado toda una nueva gama de productos cuyo impacto al ambiente es mucho menor en comparación con lo que se había venido usando.
Los solventes eutécticos son considerados sostenibles, pues se elaboran a partir de dos o más compuestos biodegradables. Esto también tiene como resultado una disminución en su costo de producción, y, por lo tanto, de su precio al cliente. Asimismo, existe una variación de ellos que se elabora únicamente con productos naturales, aunque de menor difusión.
Cabe resaltar que, tanto química como industrialmente, el agua es considerada uno de los mejores solventes posibles. No solo es pura, lo que significa que es posible usarla sin que se mezcle con otros elementos, sino que además no posee componentes tóxicos, por lo que no contamina al ambiente. Sin embargo, sus desventajas principales son lo difícil de descontaminar y el hecho de que es un elemento que poco a poco comienza a escasear. Debido a su necesaria existencia para otros aspectos fuera de la industria, la química verde ha redoblado esfuerzos para encontrar suficientes alternativas que puedan cumplir con los mejores requisitos posibles.
Por otro lado, los solventes ya existentes se consideran en su mayoría seguros siempre y cuando se cumpla con el protocolo de protección al exponerse a ellos. Su nivel de riesgo aumentará según su concentración y la cantidad utilizada. Asimismo, se recomienda que siempre se usen en espacios con suficiente ventilación para evitar que la concentración de sus componentes se acumule.
Por supuesto, aunque en la industria ferretera estas innovaciones son aún muy recientes, pronto se irán incorporando al lenguaje cotidiano de la industria. De ese modo, las renovaciones se verán modificadas de forma positiva. Así, desde un retoque a la pintura exterior hasta un proyecto completo pueden beneficiarse de las alternativas que se han ido descubriendo y creando alrededor de sustancias como estas.
