Expo Nacional Ferretera
4-6 septiembre, 2025

Abrasivos: tipos y características

Las herramientas para construcción pueden fabricarse de una amplia variedad de materiales. Gracias al perfeccionamiento y a la especialización que llega a existir en esta rama de la industria, existen algunos elementos que se utilizan con fines muy específicos. Los abrasivos, por ejemplo, sirven para dar forma a ciertos materiales por medio del lijado o frotado constante de su superficie. Por supuesto, la elección del abrasivo correcto depende del material que se vaya a utilizar y de lo que se quiera lograr tras someterlo a este proceso.

Para empezar, es necesario saber que los abrasivos suelen presentarse en forma de disco; y pueden ser líquidos, sólidos, en grano o una aleación. Su dureza debe ser mayor a la del material a tratar; de lo contrario, únicamente estaríamos desgastándolo. Es importante señalar también que la dureza del abrasivo es fácilmente modificable, pues basta con cambiar la cantidad de los materiales que lo integran. Otra característica indispensable es que sea resistente al calor a la vez que fracturable, ya que es preciso que no se disuelva ante la fricción o las altas temperaturas a las que podría exponerse el material y a su vez pueda mantenerse constantemente afilado.

Una vez establecidos los requisitos básicos para el abrasivo, el siguiente paso es elegir su tipo. A grandes rasgos, se dividen en dos grandes grupos:

  • Naturales
    Suelen fabricarse de cuarzo, diamante (negro o blanco), sílice y corindón. Como lo indica su nombre, se encuentran en el medio natural. En su mayoría son los materiales naturales más duros de los que se tiene registro.

  • De manufactura
    También llamados artificiales, queda claro que son el opuesto total del punto anterior. Suelen estar compuestos de una mezcla de elementos como el óxido de aluminio y carburo de silicio.

 

Los factores de mayor relevancia al elegir son la dureza del material a tratar, el acabado que se busca obtener y el punto en el que ambos harán contacto. Además, es necesario tener un aproximado de la cantidad de material a eliminar, para que el abrasivo elegido sea suficiente en proporción.

Generalmente, los abrasivos se utilizan a nivel industrial en la rama metalúrgica y automotriz. Por su parte, carpinteros, albañiles y artistas los usan para darle un acabado más prolijo a sus obras una vez que se encuentran terminadas. Esto, además del beneficio estético, impide que las personas puedan lastimarse con los residuos de material al manipularlo o pasar junto a él.

Cuando la superficie ha quedado tal como necesitábamos, el siguiente paso suele ser pintarla. Para ello, puede interesarte este blog sobre los tipos de pintura que existen.